Desque una vez yo miré, señora, vuestra beldad, jamás por mi voluntad los ojos de vos quité. Pues sin vos placer no siente mi vida, ni lo desea, si no queréis que yo os vea, ¿Qué veré que me contente?
Es fuego amor que no se siente arder, es herida que duele y no se siente; es un contentamiento descontente; es dolor que no atina sin doler
Mi corazón me han robado; y Amor viendo mis enojos, me dijo: Fuete llevado por los más hermosos ojos que desque vivo he mirado. Gracias sobrenaturales te lo tienen en prisión. Y si Amor tiene razón, señora, por las señales, vos tenéis mi corazón
El amor es fuego que quema sin ser visto
Con más conocimiento se gana, que con el brazo
Lástima fuera, mi preciosa dama, que Amor sembrara en vos tantos primores si vuestra privación los vuelve abrojos
Los buenos siempre vi pasar severos castigos en el mundo, Y para mí lo más sorprendente Los malos vi siempre nadar Por mar de contentamientos
Al ver vuestra belleza, oh amor mío, de mis ojos dulcísimo sustento, tan elevado está mi pensamiento que conozco ya el cielo en vuestro brío
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