No se dirige a nadie el corazón pero la que habla sola es la cabeza; no se habla de la vida desde un púlpito ni se hace poesía en bibliotecas
Si el paraíso terrenal fuera así igualmente ilegible el infierno sería preferible al ruidoso país que nunca rompe su silencio
Por amor a la vida, por temor a la muerte y a la vida, por amor a la muerte para ti o para nadie
Destino que se desplaza cumplido pero persistente hacia una calle en el fin del mundo
Si no existimos en el tiempo no estamos en este mundo
Ahora sí que te dimos en el talón. La muerte de la que huyas, correrá acompasadamente a tu lado. Buenas noches, Aquiles
Se levantan los años empavonados del aire que entra al invernadero lleno de vidrios rotos vidriándonos la noche de un bosque inexpugnable
Tendría que empezar a ser de nuevo para aceptar el mundo como si no fuese solamente lo único que conservo de ti
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