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Biografía de Roberto Matta

Ocupaciones: Pintor
Nacido en: Santiago
Murió en: San Paolo
Año de nacimiento: 1911
Año de su muerte: 2002
Pintor chileno, figura señera del arte pictórico chileno del siglo XX, perteneciente a la Generación del 40 (Roberto Matta Echaurren; Santiago, 1911 - San Paolo de Civitavecchia, Italia, 2002).
Biografía de Roberto Matta

Cursó la enseñanza media en el Colegio de los Sagrados Corazones y estudió arquitectura en la Universidad Católica de Santiago, por la que se diplomó en 1931. Poco después viajó a París, donde trabajó con Le Corbusier (1934), pero no tardó demasiado en abandonar la arquitectura para dedicarse en exclusiva al arte pictórico.

En 1937, después de trabajar en Londres junto con Walter Gropius y Moholy-Nagy, conoció a André Breton, a través de Federico García Lorca y Salvador Dalí, y abrazó la estética surrealista (1937). Pronto pintó sus Morfologías psicológicas (1938-1939), en las que se entregó a la exploración del inconsciente y al "automatismo absoluto".

El estallido de la Segunda Guerra Mundial lo llevó a emigrar a Estados Unidos. En 1939 viajó a Nueva York, ciudad donde realizó su primera exposición individual y residió hasta 1948. Por ello es reconocido como el introductor del surrealismo no sólo en la plástica chilena, sino también en la de Estados Unidos. La fuerza de Los grandes transparentes (1942) impulsó a Breton a que le ilustrara el último manifiesto surrealista.

Su etapa americana tuvo gran relevancia, con obras como la serie cósmica La tierra es un hombre (1939-1942), El vértigo de Eros (1944, adquirido por el Museo de Arte Moderno de Nueva York), El día es un atentado (Museo Nacional de Bellas Artes) o El ónix de Electra, con las cuales adquirió renombre mundial. Desde 1948 se sucedieron las estancias en Europa, Chile y Estados Unidos.

La obra de Matta durante los años cuarenta anticipa muchas de las innovaciones del expresionismo abstracto, e influye en artistas como Gorky y Motherwell. Hacia el final de la guerra elaboró imágenes cada vez más monstruosas; empezaron a aparecer las torturadas criaturas humanoides presentes en su trabajo desde entonces. Su pintura se convierte en narración, nacida de la vitalidad intrínseca de los signos y desarrollada en el dinamismo de la acción pictórica. Pequeños seres monstruosos, mitad hombre y mitad máquina, realizan sobre el lienzo su pantomima grotesca. Su sentido profundo es la crítica, llevada hasta la parodia, de la irracionalidad de la tecnología y de la sociedad moderna.

Morfología psicológica (1938)

y

El vértigo de Eros (1944)

Tras ser expulsado del grupo surrealista y excluido de la Escuela de Nueva York, abandonó la ciudad de los rascacielos y se trasladó a Roma, donde entró en contacto con jóvenes artistas desconocidos y expuso con Asger Jorn y los situacionistas. En la década de 1950 tomó plena conciencia de la realidad política latinoamericana: asumió posiciones de izquierda, denunció en sus obras la tortura, la injusticia y la guerra del Vietnam y defendió la causa de Fidel Castro en Cuba.

En esa misma época realizó la serie sobre América Amaneceres, con obras como Nacimiento de América (Museo de Arte Contemporáneo), en la que reflejó esa honda inquietud americanista. En 1956 pintó para la Unesco el mural La duda de los tres mundos (1956). A comienzos de la década de 1970 regresó a su país invitado por Salvador Allende, y trabajó en los murales colectivos con la Brigada Ramona Parra. En 1973 participó en una exposición en Bolonia (Italia) en protesta contra el régimen de Augusto Pinochet, con la obra La vida Allende la muerte.

En 1991 inauguró en El Salvador su Mural alegórico al descubrimiento de América, dentro del marco de conmemoración de los 500 años de la llegada de Cristóbal Colón a América. De sus numerosas exposiciones destacan la del Museo de Arte Moderno de Nueva York (1953) y la del Instituto Contemporáneo de Boston. Recibió, entre otros reconocimientos, la Medalla de Oro de las Bellas Artes Españolas (1985); el Premio Príncipe de Asturias (1992), en España; el Premio Herbert Baeckl (1992), en Austria, y el Premio Nacional de Arte (1990), en Chile. Paralelamente a su actividad pictórica, Matta experimentó con diversos medios altamente tecnificados de creación, como la fotografía o el vídeo